La
Paloma y la Abeja
Una abeja cayó al agua y como
no sabía nadar, se vio en un tris de ahogarse. Compadecida de ella una paloma,
arrancó de un árbol una hojita y la dejó caer al agua, muy cerca de la abeja.
La abeja subió sobre la hoja,
se secó al calor del sol, extendió sus alas y voló. Pero nunca se olvidó del
beneficio que le había hecho la paloma.
A los pocos días, la abeja vio
que un cazador se escondía detrás de una cerca. También notó que la paloma
estaba cerca del cazador, sobre un tejado.
De pronto, el cazador tomó la
escopeta, levantó el gatillo y apuntó a la paloma. Ya iba a disparar, cuando la
abejita dijo para sí:
¡Cazador, no matarás a la
paloma que me ha salvado!
Y enseguida voló y dio un
aguijonazo tan fuerte al cazador, que éste dejó caer en el acto la escopeta.
Fin
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